Los reyes desterrados
Al pasear por la Plaza de Oriente puedes observar hileras con estatuas de los reyes y reinas de España, pero esa ubicación no corresponde con la planeada en un primer momento.
La historia de las estatuas de los reyes y reinas de España
¿Qué pasó para que cambiaran de destino?
La historia de éstas se remonta a la época en la que el Palacio Real estaba siendo ampliado, durante el reino de Carlos III.
Francesco Sabatini, el arquitecto encargado de esta obra, tuvo la idea de adornar el palacio con las estatuas de los diferentes reyes y reinas desde el año 417d.C hasta el siglo XVI. En total se planificó la realización de 108 estatuas pensadas para poner en la cornisa, el Rey dio su aprobación y más de 20 escultores empezaron su trabajo.
Mientras esta decoración estaba en proceso, la Reina Isabel de Farnesio, la madre de Carlos III, tuvo varias pesadillas. En estos sueños un terremoto hacía caer las estatuas sobre ella, provocando su muerte. Eran muy repetitivas y la Reina interpretó estos sucesos como una advertencia sobre su destino. Como era muy supersticiosa, explicó sus temores a su hijo y finalmente le convenció para que detuviera el proyecto.
Así fue como Carlos III cedió para poner fin las obras, pero las estatuas ya colocadas se quedaron en la cornisa del palacio.
Aunque otra versión, estudiada por algunos historiadores, defiende que el parón de dicha decoración fue que el resultado no era el deseado.
En 1760, un documento ordena el almacenaje de las estatuas en las bóvedas subterráneas. Pero en 1842, bajo el reino de Isabel II estas obras fueron ubicadas por Madrid y distribuidas por diferentes ciudades de la geografía española, donde se encuentran actualmente.
Cuando visites la Plaza de Oriente párate a contemplar estas obras y recuerda todo lo que han tenido que pasar para que hoy en día puedas visitarlas. Cuenta esta historia a tus acompañantes, ¡seguro que alucinarán!